sábado, 4 de febrero de 2012

Resumiendo...

Soñé que todo se prendía fuego. Todo. Absolutamente todo. No quedaba nada que no tuviera ese color negruzco rodeado de llamas. Todo, menos un pequeño lago, ese pequeño lago que había aparecido como si nada, resplandeciente en medio de todo un infierno. Un rayo de esperanza. Me lancé a él y me zambullí en sus aguas, salvándome así de morir abrasada...
... y al despertar, me di cuenta de que ese infierno es mi vida, todo lo que me rodea; los problemas y el caos, todos juntos formando el fuego. Y ese lago que me devolvió las ganas de vivir... tú. Gracias, una vez más, por devolverme las esperanzas... te amo.

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